(PRIMERA PARTE EL PROBLEMA DE LA
CAPTACION SENSORIAL)
Vemos la vida a través de un
cristal lleno de agujeros y de huecos vamos descubriéndonos entre esos
fractales, que nos llevan a preguntarnos muchas cosas sobre la existencia de lo
que afuera de nuestro mundo se puede percibir como cierto aunque no siempre
todo lo que podemos percibir es realmente cierto, la gran mayoría de cosas no
lo son, pues vivimos en un mundo en
donde las apariencias parece que dominan todo cuanto nos rodea, aun que la
pregunta aquí es ¿Porqué existen estas apariencias? La gran mayoría de
apariencias pertenecen a nuestro imaginario, son creadas por nuestras
fantasías, por la imposibilidad de no poder dejar que nuestra mente fluya de
otra forma más que a la que la hemos
acostumbrado, así nuestros ojos, nuestros oídos, nuestro gusto, nuestro tacto y
otros de nuestros sentidos como el olfato y la percepción se ven seriamente
atrofiadas mucho antes de que descubramos que es lo que realmente queremos o
deseamos, así nos vamos dando cuenta, que el gran problema, si es que la humanidad tiene un problema es
aprender a observar y por tanto a discernir, la meditación, que es la forma más
elevada de poder entender la inteligencia del mundo nos es negada ya que
nuestros sentidos no están acostumbrados a su encuentro, así, y antes de que
pudiéramos darnos cuenta nos vamos volviendo negados para concebir otra forma
de conciencia y por tanto de conocimiento.
Es por eso que nuestras
limitaciones sensoriales son incapaces de ver el detalle y el entorno,
pues nuestros sentidos son incapaces de acostumbrarse a ir mas allá del
cristal que estamos observando si viéramos con claridad, veríamos que no es un
solo cristal el que percibimos sino múltiples cristales de sal que lo conforman
y que a sus vez están conformados por miles de partículas más, así, la visión
se va acostumbrando a lo total mas no a desmembrar aquello que lo conforma y
que es el detalle, lo total no existe en el
entorno, porque nada es totalidad absoluta de algo, nada es la nada y de
la nada parte la nada, así, se establece el detalle y el entorno, que no buscan
ni la parte ni el todo, pues la parte y el todo
no existen, pues lo que existe es el entorno y con él sus detalles,
detalles que nunca alcanzamos a percibir, por buscar las partes o el todo, pues
el detalle es mucho más pequeño que mismo entorno observable, así mismo el
entorno no puede ser descrito, tan solo por la contemplación, y ni aun así
puede ser descrito, ya que lo que uno mira no es lo que en realidad se
contempla, pues la contemplación va mas allá de lo observado.
Pues el misticismo de la
contemplación es algo que supera nuestro propio cuerpo físico, nuestro propio
talento motriz al cual estamos sumamente acostumbrados, la meditación mística
desaparece todo lo que existe y que no nos es útil para comprender, entender y
analizar, desaparece así todo sonido y
lo agrupa en la ausencia de eso que llamamos sonido, así pasa con todo lo que
percibimos y llamamos entorno físico.
Es por esto que para alcanzar
este misticismo contemplativo es necesaria la soledad, el apartarse de todo
aquello que es banal y quimérico, hasta lograr unir la vida y la muerte y
desaparecerlas a las dos, pues lo místico traspasa a la vida y a la muerte, es
más que estos dos espectros que nos acompañan en nuestro camino. , es por ello
que el arte de lo místico requiere de una extrema contemplación de todos
nuestros sentido y el control y el enfoque de estos, pues busca no la
perfección, sino la desaparición de todo lo que le rodea y le estorba ara
alcanzar esa perfección llamada no existente, es por esto que el arte místico
intelectual de la contemplación creadora, es mas allá que todo, es la belleza
de lo que no es nada, de lo que es como dijimos anteriormente el detalle de lo
que se extiende ante nuestros ojos y que llamamos exterior, paisaje, etc.
Y es aquí en donde el artista
llega a reposar en brazos de la nada inspiradora que deja libremente a su
mente, fuera de todo mentira ideológica, de todo el mundo banal que no sirve
para nada, pues cuando algo ya está en el mundo ya no sirve para el arte, pues la belleza de lo que se escribe, de lo
que se pinta, de lo que se crea, no estriba en la creación misma sino en la
procedencia, su procedencia siempre está
en este misticismo contemplativo, y en
donde es necesario recuperar el jansenismo, ese sentido vital de encierro y
silencio. Pues el ser humano con tanto ruido a su alrededor ya no puede pensar,
ya no sabe nada, ya no se reconoce así mismo cuando se mira en el espejo, es
por ello necesario y fundamental volver
al silencio primordial de la nada, a la desconexión del mundo, al estado
primordial en donde el pensamiento se perdió y que fue antes de la
electricidad, pues la modernidad esta encontrar de la contemplación y del
pensamiento, de la razón que es lo único que nos distingue de otros animales y especies, y que tan solo se obtiene mediante el
pensamiento sereno, mediante la meditación y la contemplación.
Pero aun no hemos definido lo que
entendemos por meditación, contemplación y misticismo, por meditación entendemos: la definición dada
por el latín y que se refiere a: (La
meditación (del latín meditatĭo, -ōnis) describe la práctica de un estado de
atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia
consciencia, o el propio estado de concentración.) Desde este sentido nos referimos a un estado
de concentración y de conciencia que intenta por medio de la contemplación que
entendemos aquí como: (La contemplación es el estado espiritual que aparece en
el ser humano cuando practica el silencio mental. El silencio mental se
consigue con el desapego de pensamientos y sensaciones. Se puede trabajar para
que aparezca mediante la meditación o la oración en silencio. El desapego por
lo material surgirá como resultado de la práctica.) en este caso no nos
referimos a la contemplación religiosa, sino a la contemplación y a la
meditación que se alcanzan por medio de la razón intelectual, es ese breve
chispazo de razón en el cual encontramos verdades que sin ser absolutas nos
llevan a un estado de misticismo el cual llamamos aquí como misticismo
intelectual y que no tiene que ver con un estado religioso sino espiritual y
racional, es por así decirlo el estado en donde el alma se funde con la mente y
el pensamiento del silencio en busca de un encuentro místico muy similar a los
éxtasis descritos por Plotino y su filosofía fenomenológica estética.
El éxtasis del misticismo
intelectual nos habla de esa inspiración sublime de la soledad en donde el
silencio y la contemplación desestructura las estructuras de esta aparente
realidad en la cual nos damos cuenta mediante esta meditación que todo lo que
nos rodea no existe, sino que tan solo son estructuras creadas por nuestra
propia mente, en donde los limites tanto nuestros como de las cosas que nos
rodean desaparecen, es aquí, que la meditación nos da una nueva visión y nos
enmarca los limites de todo lo que nos
rodea determinando su no existencia, pues todo lo que nos rodea no
existe realmente, no existe en tanto no existen sus estructuras más que en este
mundo irreal de apariencia al cual pertenecemos
es entonces que la razón y el lenguaje que también son estructurales
cambian de su contemplación simplemente artificial a una percepción mas
armónica de lo que cohabita con nuestro entono y nosotros.
Viviéndose un lenguaje sin
palabras, mas que las del pensamiento, es aquí cuando nuestro ser en verdad
cohabita con nuestra existencia mas intima y que es la de escuchar nuestros
propios pensamientos, sin más intervención que el silencio de nuestra mente que
fluye a través de muchas ideas y a la vez en ninguna, ya que es aquí en el
misticismo intelectual que se alcanza la grandeza de la única libertad
verdadera que tenemos en realidad, esta es la esencia vital de lo que nosotros
llamamos existir.
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